miércoles, 23 de enero de 2008

Tengo muchas alas

Bueno, estoy divagando un poco... escribí esto como parte del proyecto "Tengo muchas alas" el cual aún no tiene una forma definida del todo... este no sería el primer capítulo, pero sí una de las primeras cosas que pasen... aún no sé si voy a publicarlo así... sé que la relación entre Sakuno y su novio parece (o es) demasiado melosa, pero todo tiene sus explicaciones que por supuesto no voy a adelantar porque soy muy muy malvada ^^ Aún no tengo imagen para este proyecto, pero ya está en camino, cuando lo tenga, lo subo... bueno, acá los dejo con lo que tenemos por ahora, espero que guste.


-¿Ryusaki?- preguntó dudoso al ver a aquella chica conversando con tanta soltura con el dueño de la tienda deportiva donde había ido a comprar pelotas de tenis. Y es que no la veía hace muchos años, no estaba del todo seguro que sea ella, pero dudaba que otra persona a esa edad siguiera usando trenzas, cual niña.

-¿Sí?- preguntó dándose la vuelta la joven de veinte años, apretando un botón de su mp3, deteniendo la grabación de la conversación con aquel hombre.

Ryoma se la quedó viendo, y no se le ocurría qué decir. Nunca fue hombre de muchas palabras, pero ver a aquella muchacha luego de tanto tiempo y descubrir sus cambios físicos le impactaron bastante.

Ya no tenía aquel rostro redondeado e infantil, sino que ahora era más delicado. Las trenzas hacían que conserve su aura inocente y jovial que él le conocía desde los doce años. Su piel ahora estaba más bronceada de lo que recordaba. Era alta y delgada, demasiado delgada… seguramente unos pocos kilos de más le quedarían mejor. Pero algo le molestaba: esos lentes de sol no le permitían ver sus ojos.

Sakuno miró con detenimiento a aquel chico que la había llamado por su apellido con cierto dejo de duda en la voz. Mentiría si decía que no lo reconoció, pero para ser sincera tardó un momento, en que tuvo que relacionar aquellos ojos gatunos, con ese cabello verdoso, con el tenista y con recuerdos de la escuela que estaban un poco lejanos.

-¿Te acuerdas de mí?- preguntó Ryoma al tener silencio por parte de la chica. Era una situación extraña.

-Sí. Echizen.- se levantó de su asiento y sonrió sin prestarle real atención -¿Cómo estás?

-Bien, comprando algunas cosas- contestó esperando a que el dueño lo atendiera, y sintiendo extraño escuchar su apellido de aquella chica.

-Ya, bueno, felicitaciones por tus títulos- dijo con simpleza, comenzando a guardar sus cosas que estaban sobre el mostrador en su bolso.

Ryoma no dijo nada. Le parecía tan raro que ella no le preguntara nada, que no intentara entablar una conversación más fluida. Al fin y al cabo todas las veces que había vuelto de Estados Unidos y se había juntado con sus ex-compañeros de Seigaku ella no había aparecido ni una sola vez. Osakada le había explicado que Sakuno estaba muy aislada de todos, y que sólo se dedicaba a su carrera y a su prometido.

-Tengo que irme, terminamos después- le dijo Sakuno al vendedor.

Antes de poder salir de allí la voz de Ryoma la detuvo.

-Este domingo nos juntamos a almorzar con los chicos en mi casa- dijo un poco reacio por hablar tanto –estás invitada, junto con tu prometido.

-Oh- exclamó un poco sorprendida –lo siento, pero con Takami vamos a salir del país, a visitar a sus padres.

Ryoma sonrió irónico: sabía que ella diría que no, la misma clase de excusa que le ponía a Tomoka cada vez que le avisaba que se juntaban. Y Sakuno advirtió el sarcasmo de la sonrisa, pero permaneció en silencio, un poco avergonzada.

-Podemos cambiar para un día que le quede bien a los dos- dijo sin quitar esa sonrisa burlona.

-Oh, no es necesario- contestó sonrojada, conciente de que él estaba siendo irónico –gracias de todos modos- contestó siguiéndole la corriente y saliendo apresurada del local –¡adiós!

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Cuando Sakuno llegó a su casa estaba agitada. Había ido caminando muy rápido, prácticamente salió corriendo de la casa de deportes cuando Ryoma entró y la reconoció. Vio a Takami entrar en la misma habitación que ella y le sonrió frágilmente. Él la abrazó y la besó apenas en los labios.

-Amor, estás muy agitada, ¿qué pasó?- preguntó con notas de preocupación en la voz.

-Na…nada, sólo que olvidé llamar a una compañera de la facultad y más tarde no la puedo encontrar porque trabaja.

-¿Y por qué no la llamaste desde el celular?

-Porque el número de su casa lo tengo anotado en la agenda, olvidé pasarlo al celular- mintió, y se sorprendió de la rapidez con que lo hizo, aunque estaba segura que sonaba muy estúpido lo que había dicho.

-Me hubieras llamado y yo te buscaba el número, así no tenías que venir corriendo- le dijo serio.

-Sí, tienes razón, qué despistada soy- lo abrazó más fuerte y escondió el rostro en su pecho.

Él se separó un poco y la miró atentamente. Le quitó los lentes de sol y la observó con cuidado.

-Ya tienes mucho mejor ese golpe- y sonrió con alegría en el rostro –mañana ya no se te notará con un poco de maquillaje.

Sakuno sonrió un poco más sincera, lo besó, y se quedó mirándolo a los ojos, maravillada.

-Vamos- dijo separándose de ella con cuidado y acariciando su rostro con ternura –ve a llamar a tu compañera, si no habrás venido corriendo en vano.

-Sí- dijo frotando la mejilla contra las manos de él, para hacer sentir más la caricia, besó su mano y salió corriendo a su habitación.

2 comentarios:

Unknown dijo...

ahora me has dejado con la intriga, ya quiero quepubliques esta historia, tengo la sensacion de que ese hombre e sun golpeador de mujeres y que o Sakuno lo quiere mucho o que onda.

No se no quiero predisponerme a algo, asì que me mejor me espero a que la publiques.

Anónimo dijo...

si que sea un golpeador
explicaria el por que sakuno
nunca puede asistir a las
reuniones que tienen los
ex- seigaku wowwww
ojala y si la publiques pronto
por que ahora tengo la duda



"""""Angie Anderson"""""""